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Para qué sirven los préstamos bancarios y para qué puedo usarlos

¿Para qué sirven los préstamos bancarios? Es posible que ya cuentes con otros instrumentos de financiación, como por ejemplo una tarjeta de crédito. ¿Por qué deberías solicitar un préstamo entonces?

En este artículo te mostramos que cada producto financiero está diseñado para una serie de necesidades. De esta forma, descubrirás cuándo puede serte útil hacer uso de un préstamo bancario.

¿Qué es un préstamo bancario?

Un préstamo se define como una operación financiera por la cual una persona, llamada el prestamista, pone a disposición de otra, denominada prestatario, una cierta cantidad de dinero para ser devuelto en tiempo y forma estipulada en un contrato.

El prestamista accede a prestar el dinero a cambio de una contraprestación económica en forma de intereses sobre la cantidad prestada. Así pues, a la devolución del capital prestado se le deben sumar los intereses devengados.

Generalmente, la devolución del capital e intereses tiene lugar mediante cuotas periódicas, según un sistema de amortización.

Así pues, cuando una entidad bancaria actúa como prestamista, se denomina préstamo bancario. El préstamo es una de las actividades esenciales del negocio de la banca. Con lo cual, una gran cantidad de préstamos son bancarios.

De hecho, los bancos son compañías especializadas en estas operaciones y tienen capacidad para ofrecer unas condiciones competitivas y un buen servicio al cliente.

¿Es lo mismo un préstamo que un crédito?

Aunque suele utilizarse el término “crédito” en sentido amplio, para hacer referencia a cualquier tipo de financiación, lo cierto es que se trata de dos formas diferentes de obtener dinero. Por consiguiente, también se trata de dos productos bancarios diferentes.

Anteriormente hemos definido un préstamo como la puesta a disposición de una cierta cantidad de dinero. De esta forma, el banco entrega esta suma al prestatario y este debe devolverla (más los intereses oportunos) en cuotas.

En el momento que se devuelve, la operación ha finalizado: el cliente no puede acceder a más dinero, salvo que solicite otro préstamo. Pero se trata de otra operación diferente, con otro contrato diferente y, por lo tanto, puede tener otras condiciones diferentes.

Por otra parte, un crédito no implica que el banco entregue al cliente la cantidad de dinero, sino que lo pone a su disposición y este puede o no puede hacer uso de él. Si necesita utilizar una cantidad que no sobrepase el límite de crédito establecido, puede hacerlo y posteriormente devolverla.


En el momento de que ha repuesto la cantidad dispuesta, vuelve a estar a su disposición.

De esta forma, un crédito es una operación financiera más flexible, útil para las operaciones del día a día. Es decir, cubrir los desfases de liquidez que puedan darse, según las necesidades del usuario.

También suele tener unos intereses más altos y por ello no suele ser una buena opción cuando se trata de financiar un bien duradero y devolver el dinero a largo plazo.

Normalmente, los bancos conceden crédito a los particulares a través de tarjetas. La línea de crédito está vinculada a la tarjeta, que actúa como medio de pago. Existen diversos tipos de tarjetas de crédito.

¿Para qué sirven los préstamos bancarios?

Tal y como acabamos de exponer, un préstamo bancario es útil para financiar una compra o un proyecto y devolverlo de forma cómoda en un plazo de amortización más o menos amplio.

Normalmente se establecen para devolver a unos cuantos años, aunque también hay préstamos de menor cuantía y puede pactarse su devolución en unos cuantos meses.

Asimismo, un préstamo puede tener muchos fines. Además, existen una gran cantidad de tipos de préstamos, cada uno de ellos diseñado para para atender una necesidad específica.

No obstante, el más flexible de todos los tipos de préstamo bancario es el préstamo personal. Se denomina así por no requerir ninguna otra garantía adicional que la personal del propio solicitante.

Este tipo de préstamo puede tener una gran multitud de usos, pero algunas de las razones más comunes por las cuales puede solicitarse un préstamo personal podrían ser las siguientes.

Préstamo bancario para reunificar deudas

Algunas entidades, como es el caso de Bank Norwegian, disponen de un préstamo especialmente diseñado para reunificar deudas. En este tipo de préstamos te permiten unificar todas las cuotas de tus préstamos en un solo pago.

Por ejemplo, si tienes varias cuotas de préstamos y alguna tarjeta de crédito, puedes unificar los pagos en una sola cuota mensual.

Además, con Bank Norwegian no hace falta ni cambiar de banco para pedir este préstamo.

Reformar la vivienda

En muchas ocasiones también se solicita un préstamo hipotecario para reformar la vivienda.

Sin embargo, cuando la reforma no es de una gran envergadura y la cantidad no es excesiva, puede ser útil un préstamo personal. De este modo, se evita tener que dejar la propia vivienda en garantía y abordar un proceso de solicitud más lento y formal.

Comprar un vehículo

Es uno de los motivos más frecuentes para solicitar un préstamo bancario. Cuando se trata de un vehículo nuevo, el concesionario puede ofrecer financiación (trabaja con una entidad externa).

No obstante, los concesionarios suelen pedir una entrada y las condiciones no suelen ser las mismas que en un préstamo bancario.

Cuando se trata de la compra de un vehículo de segunda mano, solicitar un préstamo a través del banco es una de las principales alternativas para poder llevar a cabo la compra.

Financiar un viaje

Cada vez se le otorga más importancia a las vacaciones. Lo cierto es que los trabajos suelen ser estresantes y es preciso desconectar viajando fuera en períodos vacacionales.

En muchos casos, el usuario tiene un lugar soñado que quiere visitar y no encuentra el modo de pagarlo. Por ello, los préstamos personales también responden a esta necesidad.

Formación superior

No hay mejor modo de invertir en el futuro de una persona que apostar por una formación de calidad. Tal y como se presenta el panorama laboral, es preciso ser más competitivo y cursar estudios superiores, másters, cursos de idiomas, etc. Este tipo de estudios suele ser costoso y por ello se recurre a los productos financieros.

Solventar imprevistos

Aunque muchos de los imprevistos que surgen en el día a día pueden ser suplidos con una tarjeta de crédito, existen situaciones en las que es más recomendable solicitar un préstamo bancario, bien sea por la cuantía del imprevisto o porque resulta más cómodo y/o ventajoso devolver en dinero en cuotas y preservar intacto el crédito disponible en nuestra tarjeta.

También puede darse la situación de que el importe necesitado sea superior al límite de crédito y sea preciso recurrir a otro producto bancario para solventarlo.

La cuestión es que el préstamo personal es una alternativa que se debe considerar en caso de que surja cualquier eventualidad con consecuencias económicas.

¿Cómo solicitar un préstamo bancario?

Existen varios mecanismos para solicitar un préstamo bancario. Como norma general, el banco concede crédito a sus clientes, puesto que ya conoce su historial.

A pesar de todo ello, existen entidades bancarias que te pueden conceder un préstamo sin cambiar de banco. Es decir, sin abrir una cuenta corriente y sin tener que domiciliar la nómina.

Por otro lado, cada vez es más común observar cómo se tramitan las solicitudes online. Gracias a las nuevas tecnologías, es posible enviar toda la documentación y firmar el contrato sin tener que desplazarse.

El proceso de solicitud online suele ser rápido y cómodo. Tan sólo tienes que contactar con la entidad bancaria a través de su página web, rellenar el formulario y seguir los pasos que te indican.

Para qué sirven los préstamos bancarios: Preguntas Frecuentes

En realidad, las condiciones para aprobar la solicitud de préstamo las determina el comité de riesgos de cada entidad bancaria. No es posible establecer una regla fija, depende de cada cliente, la cantidad solicitada, como se encuentre el mercado del crédito, etc.

En todo caso, normalmente, si tienes una cierta solvencia, ingresos estables y no estás incluido en un fichero de morosidad, tienes posibilidades de que te concedan el préstamo.

Normalmente basta con que presentes documentación que justifique tu identidad, tus ingresos y tu capacidad de solvencia (por ejemplo, tus últimas nóminas).

En este aspecto, debes prestar atención a lo que precisa la entidad bancaria y preguntar aquello que no te quede claro. Asegúrate de presentar toda la documentación que te solicitan y que esté actualizada. La falta de documentación es uno de los motivos más comunes por los que una solicitud es rechazada.

Ejemplo para importe de 8.000 € a 72 meses (6 años). TIN (Tasa de interés nominal) 12,99 %. TAE (Tasa anual equivalente) 13,79 %. Cuota mensual constante: 161 €. Importe de los intereses: 3.560 €.Comisión de apertura sobre el importe prestado: 0 €. Comisión por cancelación anticipada: 0%. Importe total del crédito: 11.560 €. Financiación sujeta a previa aprobación de NOBA Bank Group AB (publ). Se utiliza el sistema de amortización francés. La TAE máxima es del 17,22 %.