Las tarjetas de crédito de sin cambiar de banco son de fácil aprobación, no tienen unos requisitos tan estrictos. La prueba está en que no exigen vinculaciones para su concesión.
No obstante, siempre se comprueba la capacidad de devolución del solicitante y no hay una regla estricta para determinar el riesgo que presenta.
Cada entidad aplica sus propias políticas de riesgo, pero como norma muy general, puede considerarse que tienes una capacidad de solvencia suficiente si tienes ingresos regulares y tus cargas financieras no superan el 35% de los mismos.
Por supuesto, no debes tener deudas impagadas ni figurar en un fichero de morosidad.