En principio, no hay ni mejores ni peores tipos de tarjetas de crédito, simplemente se trata de una segmentación para ofrecer a un determinado tipo de público.
Puedes escoger una u otra según tus intereses, aunque, como es natural, tienes que fijarte en las ventajas que ofrecen y costes que tiene. Por ejemplo, una tarjeta de crédito con una copia digital, con un seguro, con buenas condiciones de pago y a coste cero podría ser una buena oferta.