Normalmente basta con que presentes documentación que justifique tu identidad, tus ingresos y tu capacidad de solvencia (por ejemplo, tus últimas nóminas).
En este aspecto, debes prestar atención a lo que precisa la entidad bancaria y preguntar aquello que no te quede claro. Asegúrate de presentar toda la documentación que te solicitan y que esté actualizada. La falta de documentación es uno de los motivos más comunes por los que una solicitud es rechazada.