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¿Qué son las tarjetas revolving? ¿Son seguras?

Las tarjetas revolving son un producto financiero comercializado como una alternativa cómoda y flexible para tus pagos del día a día. Sin embargo, se trata de un instrumento complejo y poco transparente que puede llevar a los usuarios a una situación de insolvencia.

En este artículo te mostramos las características y funcionamiento de las tarjetas revolving. Además te presentamos las diferencias existentes con respecto a las tarjetas de crédito ordinarias, como es el caso de la tarjeta de crédito de Bank Norwegian.

¿Qué es una tarjeta revolving?

Las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta de crédito, pero no se devuelve el crédito dispuesto a final de mes, sino en cuotas periódicas. 

La cuestión es que el crédito se renueva con cada pago mensual. Del mismo modo, el crédito disponible disminuye cada vez que haces uso de la tarjeta.

La parte positiva de las tarjetas revolving es que abonas una cuota reducida y cómoda. Pero, por otra parte, tienen un interés tan alto que incluso ha sido declarado como usura en varias sentencias judiciales (en muchos casos superan el 25% TAE).

Al disponer del crédito y aplazar su devolución, estás optando a un crédito al consumo. No obstante, se trata de un crédito giratorio (revolving), puesto que puedes volver a utilizar las cantidades devueltas. De esta forma, se corre el riesgo de incurrir en una deuda perpetua, en la que no se terminan de pagar los intereses.

¿Cómo funcionan las tarjetas revolving?

En principio, el límite de crédito y la forma de devolución están reflejados en el contrato de la tarjeta. Sin embargo, como hemos comentado, generalmente se produce de modo fraccionado.

Puede tratarse de un porcentaje sobre la deuda pendiente o un importe fijo. La modalidad y el importe de las cuotas se pueden cambiar, dentro de unos límites que permita la entidad emisora de la tarjeta.

Por ejemplo:

  • Puedes pagar un porcentaje del saldo deudor cada mes, pudiendo elegir entre un máximo y un mínimo. Cuanto más alto sea el porcentaje, más rápido amortizarás la deuda, pero mayor será la cuota mensual.
  • También puedes elegir pagar una cuota fija al mes, igual dentro de un máximo y un mínimo.

Por otra parte, también te ofrecen la posibilidad de liquidar todo el crédito dispuesto a final de mes, pero esta opción no devenga intereses y sería como utilizar una tarjeta de crédito corriente.

La diferencia radica en que las tarjetas revolving no tienen interés en que se utilice esta modalidad de pago y por ello no la promocionan, mientras que las entidades bancarias que ofrecen tarjetas de crédito completamente transparentes con el fin de que tan sólo aplaces los pagos estrictamente necesarios y de forma ordenada.

¿Cuáles son los riesgos de las tarjetas revolving?

En definitiva, las tarjetas revolving son productos que en muchos casos se comercializan violando los requisitos de transparencia exigidos en la Ley de Condiciones Generales de Contratación.

En base a las buenas prácticas bancarias, el Banco de España exige a las entidades una especial diligencia en la información suministrada, aportándoles un detalle pormenorizado de las operaciones realizadas, con el fin de que se refleje la deuda de la forma más clara posible:

  • Plazos de amortización.
  • Escenarios ejemplificativos.
  • Importe de las cuotas mensuales.
  • Tiempo estimado.
  • Fechas de cargo.
  • Tipo de interés aplicado.
  • Comisiones y gastos repercutidos.

Sin embargo, la falta de transparencia, unida a los altos intereses y gastos que aplican las tarjetas revolving, las convierten en un producto financiero complejo y peligroso para las finanzas personales de los usuarios.

Además, se comercializa como una tarjeta de crédito sencilla, con unas bajas cuotas mensuales (que encierran un alto tipo de interés).

Las cantidades de intereses no permiten amortizar el crédito dispuesto. Es decir, el pago de las cuotas mensuales prácticamente está destinado a cubrir los intereses. Por lo tanto, la deuda no disminuye.

En resumen, los riesgos de una tarjeta revolving son tres:

  • Facilidades para el consumo.
  • Intereses abusivos.
  • Comercialización poco transparente.

En su conjunto, estos tres elementos pueden conseguir que el consumidor entre en una espiral de deuda de la que es difícil salir. Por este motivo, las tarjetas revolving no son seguras.

¿Puedes reclamar las cantidades de las tarjetas revolving?

En principio, en 2021 entró en vigor una Orden Ministerial que regula el crédito revolvente o crédito giratorio (revolving), con el fin de dotar de la debida transparencia en la comercialización de estos productos financieros. Sin embargo, los contratos firmados con anterioridad a su entrada en vigor continúan imponiendo unos intereses abusivos.

Debido a que las tarjetas revolving han llevado a muchos usuarios a una situación financiera precaria, en la que no dejan de pagar intereses y la deuda no se les reduce, es cada vez más frecuente reclamar las cantidades cobradas indebidamente en virtud de la Ley que regula la usura (la conocida como Ley Azcárate de 1908).

Dicha Ley determina que pueden considerarse usuarios y abusivos los contratos de préstamo que conlleven un “interés notablemente superior al normal del dinero”. Para proteger al usuario inexperto, pueden considerarse nulas.

Por consiguiente, si el crédito es declarado nulo, el prestatario sólo deberá abonar el capital prestado, sin los intereses.

De esta forma, pueden darse dos situaciones:

  • Si se ha pagado más del dinero prestado: puedes reclamar la nulidad del contrato de las tarjetas revolving y el exceso de capital abonado, más intereses, comisiones y posibles seguros.
  • Si no has pagado el dinero prestado: puedes reclamar la nulidad del contrato de la tarjeta revolving y en tal caso se abonarán los intereses, comisiones y seguro. Pero deberás abonar el capital prestado (el crédito dispuesto).

¿Existen alternativas a las tarjetas revolving?

Por supuesto, cualquier tarjeta de crédito ordinaria puede suplir las funcionalidades de una tarjeta revolving sin violar las directrices de transparencia ni aplicar unos intereses considerados como abusivos.

En este aspecto, la tarjeta de crédito de Bank Norwegian ofrece unas condiciones completamente acordes a la normativa vigente y según las buenas prácticas bancarias: no aplica ningún tipo de comisión de mantenimiento y puedes devolver el crédito dispuesto hasta en 45 días sin que se generen intereses.

Por lo demás, el uso de la tarjeta de crédito no conlleva comisiones, ni por las compras ni por la retirada de crédito en cajeros automáticos.

Dicho de otro modo, tienes la posibilidad de darle un uso a tu tarjeta de crédito de Bank Norwegian para tus gastos del día a día (combustible, alimentación, artículos del hogar) y devolver las cantidades en la fecha de liquidación sin que suponga coste alguno.

Preguntas Frecuentes

Solicitar la tarjeta de crédito de Bank Norwegian es un proceso sencillo. Tan sólo tienes que entrar en nuestra página web o descargar la app de Bank Norwegian, seleccionar el producto, rellenar la solicitud y seguir las instrucciones.

En el momento que envíes el formulario inicial tendrás una respuesta con respecto a la viabilidad de su concesión. Sin embargo, necesitamos verificar los datos proporcionados y por este motivo te solicitaremos cierta documentación (puedes entregarlos fácilmente a través de la app de Bank Norwegian).

No, la tarjeta de Bank Norwegian no se trata de una tarjeta revolving y no puedes fraccionar los pagos. Pero tienes hasta 45 días para devolver el crédito dispuesto sin intereses.

Partiendo del ejemplo representativo de una disposición de crédito de 1.500 €, si el mismo día que adquieres tu tarjeta haces una compra con ese mismo importe y decides fraccionarla en 12 meses, esto es lo que tendrás que pagar: Tasa anual equivalente (TAE): 21,79%, Tasa de interés nominal (TIN): 19,99%, 12 cuotas constantes de 139 €, siendo el importe total que pagarías al final del periodo de 1.667 €. Este ejemplo no tiene en cuenta nuevas disposiciones de crédito, ni retrasos o incidencias en los pagos. Financiación sujeta a previa aprobación de Bank Norwegian, en filial av NOBA Bank Group AB (publ). Se utiliza el sistema de amortización francés.