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Metas financieras y 5 consejos para alcanzarlas

Si te preguntas cómo puedes establecer metas financieras y planes de un modo sencillo y eficaz, has dado con el artículo correcto. También vas a descubrir algunas técnicas para alcanzarlas.

Por ejemplo, optimizar tus ahorros y crear un fondo de reserva son unos ejemplos relevantes de metas financieras. Incluso es probable que se encuentren entre tus primeros objetivos. Para cumplirlos puedes servirte de la cuenta de ahorro de Bank Norwegian.

¿Qué son las metas financieras?

Podemos definir a las metas financieras como aquellos propósitos relacionados con el patrimonio y la economía personal. Una meta implica el cumplimiento de un cierto objetivo. De hecho, el término “meta” significa un fin al que se dirigen los deseos y acciones de una persona.

Así pues, para alcanzar las metas financieras, principalmente necesitas un deseo y un plan de acción consistente para cumplirlo.

Tipos de metas financieras

Existen varios tipos de metas financieras, aunque casi todas ellas están enfocadas en aumentar las rentas y/o el patrimonio.

Por patrimonio entendemos el resultado neto de restar a todos tus bienes las obligaciones financieras. Por consiguiente, al reducir deudas estás aumentando patrimonio y tu solvencia (entendida como la capacidad para hacer frente a las futuras obligaciones).

Del mismo modo, si lo que quieres aumentar son tus rentas, deberás elevar ingresos y/o reducir gastos. Las rentas constantes suponen que tengas liquidez y puedas hacer crecer tu patrimonio.

También podemos clasificar los tipos de metas financieras en función del tiempo estimado que se tardará en darles cumplimiento. Esta división tiene relevancia porque, en función del horizonte temporal, el plan para alcanzarlas varía sustancialmente.

En base a la división según el plazo, existen 3 tipos de metas:

  • Metas financieras a corto plazo: aquellas que deben alcanzarse en un período inferior al año.
  • Metas financieras a mediano plazo: aunque no hay una barrera oficialmente definida para dividir el medio y el largo plazo, puede entenderse que estas metas son para alcanzarlas en un período de entre 2 y 5 años.
  • Metas financieras a largo plazo: este tipo de metas tienen un horizonte temporal superior a los 5 años e incluso de varias décadas. Suelen representar objetivos mayores (por ejemplo, ahorrar para la jubilación o conseguir una vivienda pagándola mediante una hipoteca).

Características principales de las metas financieras

A la hora de fijar objetivos o metas, se sugiere que se definan según el concepto SMART. Es decir, tienen que tener las siguientes características:

  • S (Specific): específicas.
  • M (Measurable): medibles.
  • A (Achievable): alcanzables.
  • R (Relevant): relevantes.
  • T (Time based): con un horizonte temporal.

Estos criterios se aplican a todos los objetivos de gestión, para que los planes posteriores puedan ser diseñados y ejecutados de forma consistente y sostenible. En el caso de las metas financieras tiene una gran trascendencia:

  • Deben detallarse para no dejar paso a la ambigüedad, con el fin de enfocar los esfuerzos a tareas concretas.
  • Siempre deben estar expresadas en euros o algún tipo de medida cuantitativa para saber si está cumpliendo el objetivo o se deben realizar ajustes en el plan.
  • Tienen que ser realistas y tener en consideración tu situación personal y familiar, las capacidades económicas, la tolerancia a los riesgos, etc.
  • Tienen que impactar positivamente en tu calidad de vida, presente o futura.
  • Deben estar limitadas en el tiempo para programar las acciones y no dejarse arrastrar por la dejadez.

Por ejemplo, una meta financiera puede ser ahorrar el 20% de los ingresos mensuales durante 5 años para tener un fondo que me permita cambiar de vehículo.

¿Qué metas financieras deberías cumplir?

Pueden establecerse todo tipo de metas de carácter financiero, pero existen algunas que tienen una especial relevancia según el ciclo vital de cada persona. Por ejemplo:

  • Reducir gastos mensuales: se trata de una meta a corto plazo. Habría que diseñar bien un presupuesto para establecer las cantidades (medibles) y darle una finalidad al aumento de rentas que supone recortar gastos. Es útil en todos los casos, pero para las personas jóvenes (que se encuentran en una fase vital donde es necesaria la acumulación de patrimonio) tiene una especial trascendencia.
  • Constituir un fondo de emergencia: este tipo de meta está relacionada con las necesidades de protección y el propio Banco de España reconoce su importancia. Se trata de un patrimonio líquido (dinero) que sirve para sortear imprevistos y crisis económicas. Normalmente se constituye mediante un plan de ahorro y suele ser un objetivo de medio plazo. Cuanto antes se inicie y se consiga alcanzar la cifra propuesta (por ejemplo, 6 meses de salario), mejor.
  • Crear un plan de jubilación: las necesidades de previsión también deben ser satisfechas. Tal y como se encuentra el sistema de pensiones públicas es necesario contar con un patrimonio que asegure el mantenimiento de tu nivel de vida llegado el momento de la jubilación (fase vital de protección). Debido a que es una meta financiera de largo plazo, no es necesario que se trate de un patrimonio líquido, pero es necesario constituirlo mediante un plan sistemático.

5 Consejos para alcanzar las metas financieras

Para finalizar, te ofrecemos una serie de recomendaciones que te permitirán cumplir con tus metas financieras.

#1 Mantén en orden tus finanzas

Para diseñar metas financieras y planes para cumplirlas, el primer paso es analizar bien el punto de partida y mantener bajo control tus finanzas personales. En este aspecto, la llevanza de una contabilidad doméstica (link: contabilidad doméstica para principiantes) resulta imprescindible.

Si no realizas un presupuesto y conoces tus gastos, será difícil que puedas emprender acciones para recortarlos. Lo mismo podría decirse con los ingresos. Todos los movimientos de dinero que realices deben estar registrados para analizarlos y obtener conclusiones.

En definitiva, necesitas saber cuánto tienes, cuánto te falta, cuánto necesitas ahorrar, cuánto deberías invertir, etc.

# 2 Explota tus habilidades

Quizá, por muchas vueltas que le des a tu presupuesto, no encuentres la forma de seguir optimizando tus gastos. Es posible que te hayas propuesto recortarlos y hayas cumplido con esta meta financiera con éxito, pero tu economía personal no da más de sí y necesitas aumentar la cantidad de ahorro para cumplir con otros objetivos.

En este caso, quizá deberías mirar el lado de tus ingresos y conseguir aumentarlos. Estamos en la era de la información, dónde existen una gran cantidad de recursos que pueden ser monetizados.

Es posible que tengas habilidades que te puedan generar ingresos adicionales. También puedes emprender algún tipo de negocio online. Aunque no se trate de tu principal actividad, puede ayudarte a conseguir ingresos extra.

Imagina las metas financieras que podrías cumplir con sólo conseguir ingresar 100 € más al mes. Si esta cantidad la destinas al ahorro, al cabo de dos años tendrías un capital de 2.400 €, incluso más si lo depositas en una cuenta de ahorro remunerada o inviertes una parte.

#3 Prioriza

Es normal que no puedas cumplir con todas las metas financieras si quieres establecerlas todas al mismo tiempo. Por este motivo, recuerda la característica de relevancia que debe tener todo objetivo y selecciona aquellas que mayores beneficios te producirán.

Por ejemplo, si tienes que decidir entre ahorrar para comprar un vehículo o reducir tus deudas y tu presupuesto no alcanza para cumplir ambas metas financieras al mismo tiempo, tienes que decidir cuál de las dos deberás alcanzar primero.

Puede que necesites el vehículo con urgencia o puede que tu nivel de deuda sea demasiado alto que necesites ir amortizando, sencillamente para ahorrar costes en intereses de los préstamos. Depende de tu situación (de ahí la importancia de mantener en orden tus finanzas personales).

La cuestión es que debes establecer prioridades y jerarquías en tus objetivos, según tus necesidades.

#4 Realiza un seguimiento

Es probable que los planes de ahorro e inversión sufran desviaciones. En estos casos, deberás aplicar correcciones, replantearte la estrategia e incluso modificar la propia meta financiera. Además, debes hacerlo con la máxima celeridad o no alcanzarás los objetivos propuestos.

Para conseguirlo tienes que hacer un seguimiento periódico, determinar el estado en el que te encuentras y si las acciones siguen siendo válidas para dar cumplimiento al objetivo. La gestión es constante (una vez más, el orden y el control es fundamental en este sentido).

#5 Selecciona los instrumentos financieros adecuados

No tiene sentido mantener un fondo de reserva en productos de inversión que no sean líquidos, puesto que si en un momento dado necesitas ese dinero no lo tendrás disponible.

Los productos de inversión son válidos para las cantidades que no necesites a corto plazo y puedas permitirte perder sin que tu patrimonio sufra un duro golpe.

Para gestionar el ahorro en primera instancia y mantener un fondo de reserva existen las cuentas de ahorro remuneradas. En Bank Norwegian hemos diseñado una cuenta de ahorro sin comisiones y sin cambiar de banco, para cumplir precisamente con estos objetivos: tener tu ahorros seguros, disponibles y generando rendimientos.

Además, a través de la app para dispositivos móviles que puedes descargar sin coste, mantienes el control en todo momento.

Metas financieras: Preguntas Frecuentes

Si quieres ahorrar, es importante que separes el ahorro de la cuenta corriente que utilizas para la gestión de tus cobros y pagos diarios. 

Mantener tu patrimonio segregado te proporcionará un mayor control y seguridad, además de conseguir una rentabilidad por tus ahorros.

Antes de comenzar tu plan de ahorro automático, es necesario que determines la cuenta de destino. Anteriormente hemos tratado la importancia de mantener tus ahorros separados de las cuentas dónde mantienes la gestión diaria de tus finanzas y el producto adecuado para esta finalidad es la cuenta de ahorro.

Puedes abrir una cuenta de ahorro en Bank Norwegian de un modo rápido y fácil, completamente online. Tan sólo tienes que acudir a nuestro website, seleccionar el producto y clicar sobre el botón “Abre tu cuenta de ahorro aquí”. En el momento que abras la cuenta de ahorro tendrás un número IBAN para que puedas programar tu ahorro automatizado en la entidad de origen a través de una transferencia periódica.

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